Musique des êtres imaginaires
Música de seres imaginarios
Música de seres imaginarios
ENSEMBLE LUCILIN
ARTURO FUENTES |
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concierto-ficción para músicos, autómatas y electrónica 2015-2016
Idea y composición: Arturo Fuentes
Puesta en escena: Arturo Fuentes
Música: United Instruments of Lucilin
Duración: 1 hr.
Música de seres imaginarios
para flauta, saxofón, percusión, piano, violín, viola, violonchelo, autómatas y electrónica *sin director.
Obra inspirada en el poema "Arte poética" y en el "Manual de zoología fantástica" escritos por Jorge Luis Borges.
Con motivo del trigésimo aniversario de la muerte del poeta (14 junio 1986).
Estreno mundial: 13 abril 2016, Philharmonie Luxembourg
Estreno en Austria: 13 junio 2016, Wiener Konzerthaus
Producción y co-producción
United Instruments of Lucilin, Philharmonie Luxembourg
Obra encargo de
United Instruments of Lucilin, Philharmonie Luxembourg, Fundación Siemens
Con el apoyo del
Ministerio de Cultura de Luxemburgo
Editado por
LondonHall Editions
Florence Martin, directora de producción
Virginia Flórez, producción ejecutiva y difusión
florence.martin@lucilin.lu / virginia.florez@lucilin.lu / www.lucilin.lu
Ensemble Lucilin, CARRÉ
1 rue de l'Aciérie L-1112 Luxembourg
TEL/FAX : +352 26 37 43 32
United Instruments of Lucilin, Sophie Deshayes (flute), Olivier Sliepen (saxophone), Guy Frisch (percussion),
Pascal Meyer (piano), André Pons-Valdés (violin), Danielle Hennicot (viola), Jean-Philippe Martignoni (cello).
Idea y composición: Arturo Fuentes
Puesta en escena: Arturo Fuentes
Música: United Instruments of Lucilin
Duración: 1 hr.
Música de seres imaginarios
para flauta, saxofón, percusión, piano, violín, viola, violonchelo, autómatas y electrónica *sin director.
Obra inspirada en el poema "Arte poética" y en el "Manual de zoología fantástica" escritos por Jorge Luis Borges.
Con motivo del trigésimo aniversario de la muerte del poeta (14 junio 1986).
Estreno mundial: 13 abril 2016, Philharmonie Luxembourg
Estreno en Austria: 13 junio 2016, Wiener Konzerthaus
Producción y co-producción
United Instruments of Lucilin, Philharmonie Luxembourg
Obra encargo de
United Instruments of Lucilin, Philharmonie Luxembourg, Fundación Siemens
Con el apoyo del
Ministerio de Cultura de Luxemburgo
Editado por
LondonHall Editions
Florence Martin, directora de producción
Virginia Flórez, producción ejecutiva y difusión
florence.martin@lucilin.lu / virginia.florez@lucilin.lu / www.lucilin.lu
Ensemble Lucilin, CARRÉ
1 rue de l'Aciérie L-1112 Luxembourg
TEL/FAX : +352 26 37 43 32
United Instruments of Lucilin, Sophie Deshayes (flute), Olivier Sliepen (saxophone), Guy Frisch (percussion),
Pascal Meyer (piano), André Pons-Valdés (violin), Danielle Hennicot (viola), Jean-Philippe Martignoni (cello).
![]() Propuesta
Música de seres imaginarios es un espectáculo hecho por los músicos en el que ellos mismos construyen un concierto muy singular interactuando con toda la maquinaria dispuesta sobre el escenario : luz, sonido, instrumentos y escenografía. Asistimos a un teatro musical en el que el protagonista está ausente : Borges, ciego, le imaginamos sentado en un sillón en medio de su propio universo caótico, mientras escuchamos su voz deformarse al leer sus poemas. Música de seres imaginarios se inspira en este gran autor argentino al cumplirse el trigésimo aniversario de su muerte (14 de junio de 1986, Génova). En el concierto descubrimos una dramaturgia creada por una música que recorre el espacio escénico, una música que llega al público a través de los altavoces dispuestos en la sala. Los músicos se ubican en « islas » de aspecto despojado que recuerdan a los rincones oscuros de una casa abandonada con espejos rotos; cada una de las islas está habitada por mecanismos ruidosos y animales. Como resultado, un conjunto de piezas a solo, duo, trio o ensemble son creadas en estos micro-cosmos, enviándose mensajes sonoros entre ellas. Durante la representación escuchamos los instrumentos que se mezclan con fonemas entrecortados de la voz de Borges, a veces nos llega un suspiro o incluso una frase completa. No se entiende nada de cuanto se dice, se descubre sin embargo una aproximación a la fuente literaria, se retiene una sensación, un sonido, una metáfora. Este laberinto en proceso de deconstrucción, habitado también por los animales fantásticos de la zoología de Borges[1], se recompone con la música de Arturo Fuentes, que recolecta las piezas del rompecabezas de esta puesta en escena, inspirada en una ficción literaria. Parafraseando a Borges, diríamos que : « nuestra memoria es como un montón de espejos rotos ». Música de seres imaginarios se gesta a partir de esta afirmación. A lo largo del espectáculo descubrimos al autor argentino gracias a su poesía que, como los cristales y espejos rotos dispuestos por todo el escenario, se nos presenta también descompuesta en pedazos. Deducimos la musicalidad del lenguaje de Borges a través de sus más leves inflexiones sonoras. Música, escenografía y poesía forman entonces una unidad que se quiebra como un cielo estrellado: ello se materializa a través del reflejo en el techo de los espejos iluminados en el escenario, a la vez que los sonidos cristalinos entran en ebullición con la electrónica. [1] Manual de Zoología fantástica (1957) Reedición El libro de los seres imaginarios. |
![]() Desde su infancia, el compositor mexicano Arturo Fuentes, actualmente establecido en Austria, ha estado influenciado por la literatura borgiana. Su música, que conserva puntos en común con la poesía de Borges, es definida por él mismo como « un caos caleidoscópico meticulosamente organizado que explora las fronteras de la dinámica, del color, de la textura y de la virtuosidad ». Texturas, colores, laberintos, levedad, son todas formas abstractas que permiten aprehender, que permiten asir la idea musical de este concierto cuyos conceptos están muy próximos del universo de Borges. En el discurso musical, los sonidos pregrabados (música electroacústica) interactúan con los siete músicos del ensemble Lucilin. El sonido inunda el espacio de la sala y el espectador se halla de repente inmerso en un mundo onírico y confuso, similar al de los sueños de Borges. A los sonidos pregrabados se añaden otros de seres imaginarios, esta vez a la manera de mecanismos autómatas que tocan los instrumentos musicales sin ayuda de los intérpretes. Como el Golem[1] de Borges, estos mecanismos intentan tener vida propia y de ahí que produzcan sonidos ruidosos, entrecortados, repetitivos y continuos. El público a su llegada a la sala, percibe de inmediato el caos de este paisaje roto por los espejos, íntimamente iluminado. Desde ese momento escuchamos un ruido que baña la sala, como si alguien caminara sobre los espejos rotos. Un sonido lejano, los pasos de Borges que se acerca a nosotros buscando la salida de su propio laberinto. Los pasos suenan cada vez más y más fuertes ; escuchamos también puertas y ventanas abrirse, algunas se rompen al cerrarse. Sin darnos cuenta, el espectáculo ha comenzado : el sillón de Borges emerge iluminado en medio del escenario, los ruidos cesan entonces. En efecto, eran los pasos de Borges los que habíamos escuchado. El público está ya dispuesto a perderse en este mundo sonoro y visual que Fuentes define él mismo como un concierto-ficción. [1] El Golem es un poema de Jorge Luis Borges escrito en 1958 y publicado en su libro El otro, el mismo (1964). Narra la historia de Judá León, rabino de Praga, quien creó un autómata al que intentó educar. |
Arte poética
Jorge Luis Borges
Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.
Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,
ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.
Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.
También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.
Jorge Luis Borges
Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.
Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,
ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.
Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.
También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.
Gallery
première at the Philharmonie Luxembourg, 13 April 2016
Photos: Sebastien Grebille
première at the Philharmonie Luxembourg, 13 April 2016
Photos: Sebastien Grebille